Las sirenas captaron la atención de chicos y grandes que deambulaban por las calles de la ciudad. Pero no se trataba de una emergencia, un incendio, un accidente, una tragedia, sino todo lo contrario. La misma alarma que genera preocupación esta vez solo inspiró emociones y sonrisas. Los Reyes Bomberos salieron a la calle a entregar juguetes, abrazos, compartir poses para las fotos solicitadas y hacer felices a los pequeños internados en el Hospital de Niños, la Sala Cuna y a las familias de los recién nacidos en la Maternidad Provincial. Como cada año, una dotación especial del cuartel de Bomberos Voluntarios de Valle Viejo se preparó para recrear esa mágica visita cristiana inspirados en la necesidad de acompañar a los niños en situaciones de vulnerabilidad por problemas de salud y por la falta de familia. De esta manera, iniciaron una colecta para comprar juguetes, golosinas y asegurarles esa visita especial que ayer pudieron concretar. Ataviados con los trajes de Reyes Magos, pero también luciendo con orgullo los pesados estructurales que cotidianamente usan en las asistencias, los bomberos protagonizaron momentos de extrema emotividad. No importó el calor, ni el tiempo que demandó la visita que se extendió desde la mañana hasta la noche, porque había que cumplir con sus más fieles seguidores: los niños. Con el alma movilizada y satisfechos por la tarea, al final de la jornada los bomberos se reunieron en el Paseo de la Fe para dar gracias a la Virgen del Valle por cuidarlos en la tarea y guiarlos hacia las causas que los ennoblecen como servidores públicos, pero también como seres humanos. El cuerpo activo y la Comisión Directiva de los Bomberos Voluntarios de Valle Viejo, agradecen infinitamente a los comercios y a las familias que aportaron para que esta campaña pudiera realizarse llevando luz, alegría y amor a los pequeños que más lo necesitan.